Jesús dijo a sus apóstoles en la Última Cena que el Padre Celestial enviaría al Espíritu de Verdad que nos guiaría y estaría con nosotros. Cincuenta días después de la Pascua, celebramos el cumplimiento de esa promesa que hizo Jesús. El día de Pentecostés, el Espíritu Santo se posó sobre María santísima y los apóstoles y
"dio fuerzas para la gran misión que tenían que cumplir: Llevar la palabra de Jesús a todas las naciones, y bautizar a todos los hombres en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Es este día cuando comenzó a existir la Iglesia como tal"
El mundo entero pide a gritos un Nuevo Pentecostés! abandónate en los brazos del Padre, abre tu corazón a Cristo y deja que el Espíritu Santo fluya en ti y renueve tu ser!
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido, luz que penetras las almas, fuente de mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego; gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, Divina Luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tu le faltas por dentro, mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo. Doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. AMÉN.
Quieres saber más?? Visita estas páginas!